Tras el parón obligado el pasado fin de semana por la celebración del día de San José en el día de ayer (sábado 26 de marzo) volvimos a retomar los ensayos de andas de nuestra Hermandad.
El día se presentaba nublado y con probabilidad de lluvia después de una semana pasada por agua. A pesar de ello las ganas de nuestros hermanos pudieron al mal tiempo y se registró una asistencia numerosísima (46 hermanos de andas), logrando así que todos los puestos en las andas fuesen ocupados, e incluso algunos tuvieron que esperar su turno para poder llevarlas. Asimismo fueron muchos los hermanos, simpatizantes y niños que nos acompañaron durante el ensayo y que hicieron que el ensayo fuese mucho más llevadero y ameno.
Fue el ensayo más completo de todos los que llevamos esta cuaresma porque además de las marchas se ensayaron los distintos cambios a realizar durante la procesión, las curvas, los pasos de granaera y los que hay que realizar al finalizar cada marcha.
A pesar de esto fue un ensayo duro donde se terminaron de concretar cada una de las marchas. Fue muy gratificante porque podemos decir que las transiciones se realizaron correctamente y el trabajo está completamente y satisfactoriamente hecho. Por primera vez todas las marchas se ejecutaron con la soltura y armonía que nos caracteriza y se pulieron pequeños detalles en las marchas a estrenar. Después de más de dos años sin llevar el trono hemos conseguido volver a sentirnos cómodos y recuperar ese andar elegante que llevamos cada Miércoles Santo.
A pesar de todo, aún queda un último ensayo, un ensayo general que promete y que servirá para rematar el trabajo realizado hasta el momento. Nunca estamos del todo contentos con el resultado y siempre queremos que todo quede perfecto.
Como siempre agradecer la implicación y seriedad de nuestros hermanos de andas que acuden a los ensayos totalmente comprometidos y con el trabajo preparado. Es un auténtico placer ver como unos a otros se ayudan para que el conjunto funcione a la perfección.
Nos vemos el próximo sábado en el cuarto y último ensayo para conseguir la excelencia en el caminar de nuestro Ecce Homo por las calles de Baena.