El
23 de marzo del 2016 amanecía como un día invernal en Baena, el cielo estaba
cubierto, oscuro y el frío era más propio de un mes de diciembre que de primavera.
Tan sólo hacía presagiar que era Semana Santa el sonido de los tambores de
ambas colas echando las cajas. A
pesar de todo esto, para nosotros era un día espléndido, acogedor y muy luminoso
porque era Miércoles Santo. El día que tanto tiempo llevábamos esperando, el
día en que nuestro Ecce Homo hace su Estación de Penitencia por las calles de
nuestra localidad.
Nuestra jornada comenzó bien temprano, aún había que decorar nuestro paso y preparar el cuartel para tomar un refrigerio tras el desfile procesional. Como siempre los hermanos de la Ventana nos dividimos entre cuartel e iglesia. Fue una mañana de mucho trabajo y ajetreo en la que apenas tuvimos tiempo de descansar, pero todo quedó listo antes del almuerzo.
Este
año, el exorno floral que lució nuestro paso de misterio fue de iris color
violeta que conjuntaba perfectamente con el atuendo de las imágenes y con el
nuevo tono del suelo del paso (mármol blanco). Del mismo modo la cera también
se ha cambiado de color y se ha puesto de color crema para dar mayor
luminosidad a la globalidad de las andas.
Entre las novedades que presenta nuestra Hermandad se encontraba las ya comentadas del cambio del suelo del paso y la cerería. También se estrenó un nuevo broche para la figura de Poncio Pilatos y por último y la más importante de las novedades de este año, la Hermandad estrenó un conjunto de seis ciriales y seis dalmáticas para los que los portaron. Estos ciriales de bella factura, han sido cedidos a nuestra Hermandad y donados por hermanos y simpatizantes. Agradecer enormemente a todas aquellas personas que han hecho posible que este proyecto, al que llevábamos muchos años dando vueltas, se lleve a cabo tanto con su donación económica, como con su trabajo desinteresado. Creemos que con esta aportación a nuestro paso de misterio se le da mayor solemnidad y elegancia. Asimismo, se ensayó con los implicados el modo de llevar estos ciriales de tal modo que en todo momento fueran acordes con las andas y la música de la Agrupación Musical.
Con
todo ya preparado tan sólo quedaba esperar a nuestra salida procesional. A las
siete de la tarde en punto el gallardete de la Cofradía avanzaba hasta la
Cuesta de San Francisco. En este instante los hermanos de la Hermandad de Jesús
de la Ventana estamos citados en el interior de la Iglesia, donde se viven momentos
muy entrañables. Es momento de saludar a aquellos, que con el gesto cansado,
ves que han recorrido cientos de kilómetros para estar con su Cristo, momento
de abrazar a hermanos con los que llevas compartiendo muchas Estaciones de
Penitencia, momento de sonreír nerviosamente a los hermanos que en los últimos
días se han convertido en tu familia, momento de animar y aconsejar a los
nuevos, momento de acordarte de los que ya no están y pensar en los que
vendrán, momento de mirarlo a Él a la cara, de rezarle, de agradecerle todo lo
que te ha dado y momento de sentirte orgulloso de poder un año más estar a su
lado un Miércoles Santo. Estos instantes de nervios contenidos y de
sentimientos profundos son los que te llevan año tras año a estar junto a Él.
Seguidamente fueron saliendo las imágenes de San Diego, Jesús del Huerto y el Cristo de los Azotes con sus respectivas hermandades mostrando gran solemnidad en su salida. Tras esta última imagen se asomaba el estandarte de la Hermandad Infantil de la Pasión del Señor Jesús de la Ventana. Como siempre desde el primero hasta el último salimos totalmente uniformados y con la cara cubierta. Al mismo tiempo nuestro capataz ordena la primera levantá de la noche, la mejor, la más sentida y la que te indica que ya llegó el momento, que el Ecce Homo va a empezar a caminar por las calles de su pueblo. En este momento los nervios se convierten en responsabilidad. Responsabilidad por llevar una talla de valor incalculable sobre nuestros hombros, responsabilidad porque vaya como Él se merece, y responsabilidad porque las inclemencias meteorológicas no nos jueguen una mala pasada.
Con paso lento y decidido a las ocho y diez de la noche, nuestro Señor de la Ventana avanzó hasta el dintel de la puerta principal de la Iglesia de San Francisco. En ese momento comenzó a sonar la marcha “Es por ti, Remedios”, compuesta por el Director de nuestra Agrupación Musical. El paso de misterio poco a poco fue girando en el interior del patio de la Iglesia para enfilar la cuesta de San Francisco, un giro de 180 grados que resultó de enorme belleza. Ya estábamos en la calle, la noche se había clareado y era Miércoles Santo, era momento de hacer nuestra Estación de Penitencia con la seriedad y responsabilidad que nos caracteriza, desde el más pequeño portador del paño de la Verónica, pasando por faroles, acólitos, hermanos de andas, etc, hasta el bombo de nuestra Agrupación.
Como es habitual desde nuestra salida hasta que verdaderamente comenzamos a andar transcurrió más de hora y media. Es momento de matar el tiempo hablando con los hermanos que van a tu lado. Los nervios siguen a flor de piel y nuestro único deseo era empezar a caminar con paso firme y decidido por la Puerta de Córdoba.
Poco
a poco fuimos avanzando por la Puerta Córdoba para alcanzar la Plaza Vieja y comenzar
a transitar por terreno más llano. Las marchas de la Agrupación Musical comenzaron
a sonar y nuestras andas comenzaron a desplazarse y avanzar por la Calle Llana.
Por delante, nuestra Hermandad Infantil mostraba los objetos relacionados con
la Pasión de Cristo, incluidas sus últimas palabras. Es de alabar el
comportamiento de nuestros pequeños cofrades que ante una noche intempestiva y
fría aguantaron como campeones durante todo el recorrido y mostraron una
rectitud y seriedad más propia de sus padres que de ellos mismos. Estamos
cultivando muy buenas semillas que esperemos que en un futuro nos den muy
buenos frutos semanasanteros.
Nuestro
paso fue firme y decidido en todo momento bajo los sones de nuestra Agrupación
Musical, con breves paradas y algunos intervalos de paso más rápido fuimos
avanzando por la calle Llana, Calzada y plaza de la Constitución. En todo
momento el público que vio nuestro desfile nos animó y nos hizo muchas muestras
de cariño que llegaron a nuestros corazones y que sinceramente agradecemos.
Cuando
nos adentramos en la calle Mesones, como todos los años todo cambia, no hay apenas público viendo
el desfile procesional, las calles están vacías y es un momento de recogimiento
y hermandad, momento en el que uno se siente más cerca de Él, en el que puede
mirarlo a la cara tranquilamente, hablarle y sentirse agradecido de tenerlo tan
cerca. Poco a poco el tiempo transcurre, los toques de campana se van
alternando y cuando nos damos cuenta ya hemos empezado a bajar por la Puerta
Córdoba. Esto se acaba.
Foto: Carlos Bernal
Como todos los años nos paramos en la cuesta de San Francisco, pendientes de la que será la última marcha, nuestra marcha, la marcha de todos los ventanuc@s, desde el más pequeño hasta el más anciano, la marcha de despedida. Como viene sucediendo desde hace diez años, esta marcha final es Caridad de Guadalquivir, una marcha a la que tenemos especial cariño y que sólo suena año tras año en la llegada de nuestra imagen. Ahora toca que todos los hermanos disfruten con el suave caminar de nuestro Ecce Homo sobre sus cabezas, que se emocionen con su mirada y que se despidan de Él hasta el próximo año. Como siempre, fue una entrada muy emotiva y bajo los sones del himno nacional nuestro Jesús de la Ventana ingresó de nuevo en su casa con todo el dolor de nuestro corazón. Ya había pasado otro Miércoles Santo a su lado.
Como todos los años nos paramos en la cuesta de San Francisco, pendientes de la que será la última marcha, nuestra marcha, la marcha de todos los ventanuc@s, desde el más pequeño hasta el más anciano, la marcha de despedida. Como viene sucediendo desde hace diez años, esta marcha final es Caridad de Guadalquivir, una marcha a la que tenemos especial cariño y que sólo suena año tras año en la llegada de nuestra imagen. Ahora toca que todos los hermanos disfruten con el suave caminar de nuestro Ecce Homo sobre sus cabezas, que se emocionen con su mirada y que se despidan de Él hasta el próximo año. Como siempre, fue una entrada muy emotiva y bajo los sones del himno nacional nuestro Jesús de la Ventana ingresó de nuevo en su casa con todo el dolor de nuestro corazón. Ya había pasado otro Miércoles Santo a su lado.
Tras el desfile procesional y para reponer fuerzas, tuvo lugar un refrigerio para todos los hermanos de nuestra Hermandad en nuestro cuartel. En el mismo, como ya es tradicional, se hizo entrega del escudo de plata de la Hermandad a los hermanos que han cumplido 25 años. Este año los homenajeados han sido: Manuel Pérez Villa, José Morales Galeote, Rafael Muñoz Pérez, Rafael Fernández Hernández y Pablo M. López Cobo. Enhorabuena a todos y agradecer enormemente los años que llevan como hermanos por su enorme colaboración y predisposición en todo momento más allá de los actos oficiales de nuestra Hermandad.
!!!VIVA
JESÚS DE LA VENTANA¡¡¡
Foto: Carlos Bernal
Foto: José Luis Serrano
Foto: José Luis Serrano
Foto: Hobby Foto
Foto: Carlos Bernal
Foto: Hobby Foto
No hay comentarios:
Publicar un comentario